Quema.
El sueño de una noche de verano.
Ellos siguiendo paso a paso entre aires de grandeza difuminándose en la niebla.
Nunca fue bastante.
Pero tampoco llegó a ser demasiado.
¿Quiénes? ¿Quiénes se quedan detrás? ¿Nosotros? ¿ Ellos? ¿O sólo nos queda lo abstracto?
Quema.
Luces de colores ahuyentándose en el cielo.
La noche vívida gritando canciones ensordecedoras.
Y termina,
como mejor empieza.