El Claro.
La luna. Deslumbrando la noche con su luz y belleza.
Mientras pequeños animales se esconden de ella. Tiempo atrás era acogedor. Pero
los sucesos que ocurrieron, las vigilias trasnochadas de la señorita Hill, y la
sangre que se derramó. Nadie pudo detener eso . Cuando aquel lugar desbordaba
de alegría la gente hablaba y sonreía; las fiestas estaban a la orden del día.
El claro era la luz de la Mansión Hill. Pero un día llegó; y el claro se
convirtió en la noche oscura. Sin ninguna luz que iluminará. Aquel lugar se
llenó de sangre, la gente gritó y señaló; algunos sabiendo, otros sin saber, y
unos pocos callando. Y cuando no hubo más que un solo ruido, el sonido de las
lágrimas de la señorita Hill, las sonrisas ya
fueron robadas para nunca más aparecer en aquel lugar.
Desde entonces, hay como un presagio, el presagió de que si
te adentras en el claro, morirás.